jueves, 20 de agosto de 2009

París homenajea a Cartier-Bresson



París devuelve el homenaje que el fotógrafo Henri Cartier-Bresson tantas veces le rindió al retratar sus calles y habitantes, y lo honra con una doble exposición que comenzó con una gran retrospectiva del artista en la Casa Europea de la Fotografía, que acoge hasta el 30 de agosto más de 320 instantáneas tomadas en su mayoría en París entre 1932 y 1970, además de proyecciones de filmes sobre el artista y hechos por él.

Además, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París presenta una reconstrucción de la exposición que el artista francés concibió en 1978.

Cartier-Bresson, nacido el 22 de agosto de 1908 cerca de París, desarrolló muy pronto su pasión por la pintura, con un interés especial por el surrealismo, pero fue en Costa de Marfil en 1932 cuando descubrió la Leica, una cámara que se convirtió en su compañera de viajes a lo largo y ancho del planeta.

La muestra refleja a la capital francesa, con una serie de fotografías que formaron parte de una exposición sobre París que acogió el Museo del Carnavalet (París) en 1984, y a los europeos, con imágenes que repiten el mismo escaparate doce años después de otra retrospectiva del artista.

Esta exposición, que cuenta con la colaboración de la Fundación Henri Cartier-Bresson -creada en 2003- y en la alianza con el diario Le Parisien y la radio France Culture, exhibe instantáneas que reflejan “el momento decisivo”, que tanto buscó el artista.

En la exhibición, cada sábado y domingo se proyectan tres películas sobre el fotógrafo: “Henri Cartier-Bresson, l’amour tout court” (2001), “A travers le monde avec Henri Cartier-Bresson“(1956) y “Magnum, une agence et des hommes” (1990), y cuatro firmadas por él: “Victoire de la vie” (1937), “Le retour” (1944), “Southern Exposures” (1970) e “Impressiones de Californie” (1970).

Su relación con el cine se remonta a 1936, cuando trabajó como asistente del director francés Jean Renoir, lo que le llevó a realizar tres documentales sobre los hospitales en España durante la Segunda República. Además, en la muestra se pueden observar fotografías de la España de 1933, en las que Cartier-Bresson mostró la sociedad más pintoresca de ciudades como Madrid, Granada, Alicante, Sevilla o Burgos.

El artista, que fue prisionero de guerra en 1940 y logró escaparse, retrató a artistas como Matisse, Rouault, Braque, Bonard y Claudel y su cámara fue testigo en 1944 de la liberación de París.

Todos los rincones de la capital francesa desfilaron por el objetivo de este fotógrafo, considerado el más parisino de los grandes retratistas de esta ciudad, entre los que también están sus colegas Robert Doisneau, Brasaï o Willy Rois.

Cofundador de la prestigiosa agencia de foto Magnum en 1947, a lo largo de su carrera se labró una reputación que le permitió ser el primer fotógrafo que expuso su trabajo en el Museo del Louvre (1955), además de ser el primer extranjero en entrar en la URSS tras la muerte de Stalin.

A finales de la década de 1960, decidió reducir su actividad, después de haber realizado grandes reportajes en China, Cuba, México, Canadá, Estados Unidos, India o Japón, para concentrarse en la pintura y el dibujo.

Pero es su legado fotográfico, reflejo de la intuición y de la espontaneidad que siempre trató de plasmar el propio autor, lo que París celebra como homenaje al artista a quien tanto inspiró.

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